Por lo anterior, la autora analiza en un contexto específico los gustos de los estudiantes con un plan de lecturas en el curso de septimo y octavo de educación media y reflexiona sobre los errores y aciertos de los docentes. Termina con una serie de reflexiones en las cuales papel del docente es esencial en la seducción a los estudiantes por la lectura, en tanto no se debe sugerir un libro para llenar notas, responder preguntas inútiles ni mucho menos para convertir a los estudiantes en eruditos en literatura; el único propósito en el colegio es que el estudiante cuando lea literatura sienta placer, pero para ello, afirma la autora: “Eso si, hay que partir del hecho que el docente ama la lectura, si no es capaz de divertirse con ella y no le proporciona placer, no será capaz de enseñarles a los estudiantes que la literatura es agradable y un medio de conocer mundos que de otra manera sería imposible explorar” pag 170
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Alejandro Guzmán Rendón
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