domingo, 27 de febrero de 2011

La actitud no es una teoría

Eran tal vez la una o dos de la mañana, en medio de lágrimas, nostalgia, adrenalina y una rabia infinita. Cerraron la puerta de su casa y se abrieron paso entre el cafetal. Dejaban su hogar, su historia, su gente. No fue producto de sus voluntades sino la de un grupo guerrillero. Dos horas después llegaban a la cabecera municipal, la muda de ropa puesta, sus documentos y el pasaje a Manizales eran sus propiedades.

Estos relatos son uno más de los que forma parte del acontecer de varios millones de colombianos en el país, pero en Manizales no hay muchos de ellos. En la época de la violencia de partidos Don Isidro fue bastante conocido por generar desplazamientos en Pácora y Aguadas. Pero desplazamiento por guerrilla o paramilitares hacia Manizales en la actualidad más bien pocos (digamos pocos en tanto visibles).

Cuando llegaron a Manizales, la familia fue acogida por un familiar, de allí en adelante comenzó el difícil proceso de resocialización (psicológica, laboral, académica, etc.). Seguramente ellos nunca vieron un programa de Jorge Duque Linares, ni leyeron la colección completa de Osho o Walter Riso, es posible que no tengan diplomado en PNL o terapias de auto sanación, pero lo que me consta es que en una de las integrantes de esa familia está la actitud positiva, lo que nosotros los paisas llamamos verraquera.

Entonces, algunos dirán que eso es mierda, que eso de la actitud positiva o ser positivo o el PNL es basura; es posible, pero este es uno de tantos en los que se muestra que si las personas quieren pueden lograr lo que se proponen. Luego de ser desplazados de la violencia, padre y madre trabajan en Manizales (una de las ciudades con mayor índice de desempleo en Colombia), y sus cuatro hijas estudian y quieren ser profesionales. La madre, protagonista de este caso real, me hace la vida más amena a mí con su trabajo y debo decir que lo hace muy bien y me transmite su amor por el trabajo, su actitud positiva, buena vibra.  

No quiero imaginar que hubiese sido de ellos si se dejaran llevar por una actitud derrotista o conformista, o incluso resentida.

Casos como estos son los que hacen que uno vea que el problema del conflicto social no se ve por teléfono sino que lo tenemos en silencio en nuestras calles, y además me pone a pensar si realmente hay algo en la mente humana que hace que unos puedan y otros simplemente no lo hagan.

Yes we can


Alejandro Guzmán Rendón
     

miércoles, 23 de febrero de 2011

¿actitud?

Estos días ví en algún lado que la pobreza no es cuestión de plata sino de actitud, y puede ser cierto, actualmente podemos hablar de pobres que aunque tienen comida, alimentación y vestido, no tienen carro, no pueden tener la mejor ropa, no tienen plata para tener una vida social activa y llena de placeres y reuniones sociales, etc. Éstos son pseudopobres que no disponen de los recursos que les exige su entorno, por ejemplo, un joven que no puede salir a beber una noche de viernes, o una madre que no puede comprar el juguete que quiere su hija o bueno cosas por el estilo, entonces se convierten en consumidores frustrados, tal vez en ese caso deba darle la razón  a lo que escuché, el problema es la actitud que se asume en comparación a quienes si tienen los recursos para emplear en ocio y diversión ¿o tal vez no?.

Y es que el cuento de la actitud está tan embelesado y manoseado que es muy fácil creerlo, o si no miremos los programas de actitud positiva en el canal uno con el erudito colombiano en terminos de crecimiento personal Jorge Duque Linares, tengo eso tan metido en la cabeza, mi padre lo escuchaba a todo taco el domingo en la mañana cuando yo dormía, por allá está metido en mi subconciente, o eso esperaba él. Entonces a uno le dicen, si te lo crees puedes ser un triunfador, si tienes la actitud correcta puedes lograr lo que deseas y ser feliz y todas esas cosas. (pura mierda).

Ok, supongamos por un momento que es cuestión de actitud, pero inspeccionemos un caso un poco más complicado, algo como un niño muriéndose de hambre en el Chocó, una madre desperada con su hijo muerto, un trabajador desempleado desesperado porque no tiene que darle de comer a su familia ¿qué actitud se debe tener es esos casos? ¿Acaso a alguien para quien toda esperanza está perdida, que ya perdió todo lo importante le serviría tener buena actitud? miles de personas en todo el planeta sufren irremediablemente, desde la mujer que es violada cada minuto en la tierra hasta los veinticinco millones de niños que mueren de hambre a diario, no es que yo tenga una actitud pesimista frente a la vida, solo intento cuestionar eso de la actitud.

 Pero volvamos a la actitud de los "pseudopobres" ¿en realidad tener una actitud diferente y positiva va a dar resultado? pensemos por un segundo, en primer lugar creo que esa sensación de pobreza y fracaso debemos atribuirla a un medio que pide más de lo necesario, ¿por qué no es suficiente con tener las cosas necesarias y tener una vida en familia saludable? sigo pensando que me parece muy sospechoso este asunto de la actitud  creo que es una forma más de la televisión de decirte que debes tener más capacidad de consumo, en cualquier caso me gustaría conocer a alguien en la vida real que con una actitud positiva o lo que sea haya logrado ser "exitoso" y salir del fracaso social y la pseudopobreza.

Dolly-chan

domingo, 20 de febrero de 2011

Inquietante el derecho a la intimidad o privacidad, en días de wikileaks, hackers o espías, metiches e irrespetuosos, en fin, tiempos donde más se intenta garantizar el derecho pero que a la vez vulnerarlos es tan fácil.

Aún así, estaríamos frente a un hecho que se hace en contra de nuestra voluntad y con información que se supone no es compartida, pero la duda que me asalta es, si la persona le confía información a otra persona y ésta a su vez no la guarda sino que la comparte... ¿de quién es la culpa de posteriores problemas?

A mi parecer hay una doble responsabilidad, y los efectos son desastrosos para la persona que era protagonista de la información. No obstante cae sobre el individuo supuestamente chismoso el peso del convencionalismo social: el rechazo y la exclusión.

¿qué hace la necesidad de guardar secretos? ¿un afán de llevar vidas paralelas? ¿hipocresía social? ¿guarecerse de la vulneración que imprimen los comentarios externos? ¿la estructuración política de complots y planes de reorganización? ¿miedo? ¿a qué? Siempre he pensado que una persona debe ser en su vida privada como si fuera publica, pero lo que realmente me ha pasado es que terminan los secretos tan inherentes al hombre como el egoísmo, la idolatría, la envidia o celos y la venganza.

¿qué impulsa la necesidad de contar y revelar secretos? ¿la buena o mala fe importan? ¿los resultados relevantes o insignificantes luego de revelar información importan? ¿después de las consecuencias valió o no la pena revelar información? ¿y si pagan por revelar secretos es menos o mas gravoso el problema? Nunca me han gustado los chismosos y lenguilargos, pero he terminado en ciertas ocasiones como uno de ellos, y eso me hace pensar que en algunos de nosotros el no guardar toda la información es tan inherente al hombre como el egoísmo, la idolatría, la envidia o celos y la venganza.

Tal vez deberíamos aceptar que somos personas con ambas necesidades intrínsecas y exigir la ausencia de secretos o el hecho de decírselos a otra persona para que ella los guarde, es simplemente acomodar una virtuosidad en un objeto que no tiene el atributo. Regla general no Universal.

Alejandro Guzmán Rendón

lunes, 14 de febrero de 2011

Una piedra en el camino

Ok, uno pensaría que es mejor tener las cosas de manera sencilla, llegar a las satisfacción sin ningún problema, recibir del mundo los mejores placeres y alegrías porque uno lo merece y punto, sin tanta discusión ni tanto problema, tener casa, carro, futuro asegurado, el mejor trabajo con la mejor remuneración, el mejor reconocimiento y una vida estable o lo que se prefiera.
Pero ocurre que no es así, en un mundo como el que vivimos solo tenemos pocas cosas, uno estudia, come, se viste y vive con las uñas (ok en este caso soy yo), no es nada fácil, no intento ponerme como víctima ni como la cenicienta del cuento, pero a veces uno piensa, ¡ea las cosas podrían ser un poco más fáciles!, podría tener por lo menos su vida profesional asegurada, pero no, en un momento el intento de ser profesional puede irse por el excusado, pero eso no es lo grave, en realidad la vida misma puede verse perdida en un segundo, no obstante uno lucha por sus éxitos por más superfluos o vanos que sean, uno intenta seguir el camino y tratar de hacer algo o la basura esa de ser alguien en la vida.
Pero estoy divagando, ese esfuerzo, esa lucha, el dolor, la frustración y todo lo que implique vivir y no ser parte de los privilegiados, tienen su lado bueno, me refiero a que un momento uno recuerda el sudor que costó conseguir algo,  tal vez sin ese sudor la victoria no sería tan gratificante, me pregunto qué piensan las personas que tienen todo casi listo, la verdad es que no me he tomado la molestia de preguntarle a alguien así si siente lo mismo, o en realidad esa diferencia que planteo existe.
Adicionalmente estoy pensando últimamente que ese tiempo de situaciones son disfrutables, es decir, no es que debamos buscarlas para sentirnos bien, sino que enfrentarse a situaciones adversas y tener que sentir frustración o lo que sea es una expresión de la vida como tal, está bien pueden ser peores, pero alguna vez pensé ¡hey no todos los días tengo la oportunidad de estar tan triste! No estoy diciendo que sea bueno estar triste, ni malo, solo digo que hay ocasiones excepcionales que tal vez uno pueda disfrutar, no sé si logro decir lo que quiero en realidad, pero en todo caso es rescatable de alguna manera el lado negativo de vivir.
María del Mar.