miércoles, 23 de noviembre de 2011

La lectura de textos literarios en el colegio. ¿por qué no leen los estudiantes? (autora: Isabel Gallardo Álvarez). Publicado en la revista Educación de la Universidad de Costa Rica

Este artículo reflexiona sobre esa inquietud que a casi todos se nos ha generado en algun momento de nuestra vida educativa: ¿Porqué no a todos les agrada leer literatura en el colegio?. Un texto recomendado sobre todo para aquellos que están o estarán en un colegio público o privado orientando la catedra español y literatura; si bien pueden ganarse su salario de manera mediocre y sin pena ni gloria, pueden también lograr de una generación de estudiantes, amantes de los libros.

Por lo anterior, la autora analiza en un contexto específico los gustos de los estudiantes con un plan de lecturas en el curso de septimo y octavo de educación media y reflexiona sobre los errores y aciertos de los docentes. Termina con una serie de reflexiones en las cuales papel del docente es esencial en la seducción a los estudiantes por la lectura, en tanto no se debe sugerir un libro para llenar notas, responder preguntas inútiles ni mucho menos para convertir a los estudiantes en eruditos en literatura; el único propósito en el colegio es que el estudiante cuando lea literatura sienta placer, pero para ello, afirma la autora: “Eso si, hay que partir del hecho que el docente ama la lectura, si no es capaz de divertirse con ella y no le proporciona placer, no será capaz de enseñarles a los estudiantes que la literatura es agradable y un medio de conocer mundos que de otra manera sería imposible explorar” pag 170

El artículo completo se encuentra aquí: https://docs.google.com/viewer?url=http%3A%2F%2Fredalyc.uaemex.mx%2Fredalyc%2Fpdf%2F440%2F44030110.pdf&embedded=true

Alejandro Guzmán Rendón

miércoles, 26 de octubre de 2011

Bitácora de Marcos

Tras unas diligencias empresariales en Buenos Aires, Marcos quiso caminar por el centro de la ciudad. Conoció la Plaza de Mayo experimentando el escalofrío de pensar en los cientos de desaparecidos y las madres de aquellos personas que buscaban el paradero de sus seres queridos, bien muertos o bien retenidos ilegalmente a manos del Estado. Caminó por la Avenida Mayo y se vio en la entrada del famoso Café Tortoni; un amigo suyo ya le había hablado maravillas de el. Fue entonces cuando entro y se encontró con grandes cuadros, el sabor a tango y literatura, un lugar repleto de gente, camareros atentos y elegantes, un escenario cargado de historia y esplendorosa intelectualidad y bohemia. Se pidió un capuchino le preguntó a un mesero que si podría contar un cuento y le extendió una tarjeta. El mesero leyó lo miró nuevamente y le fue a preguntar al gerente encargado. En instantes acomodaron un micrófono y un espacio, el administrador encargado solicito silencio, lo presentó, dijo que se sentía orgulloso de tener entre sus invitados a una persona tan especial para el Café Tortoni. Marcos saludó con su acento colombiano de la región antioqueña y con el capuchino a medio empezar, en un silencio parcial, comenzó a relatar:

A las afueras de buenos aires existía una finca cuyo dueño tenía unas plantaciones frutales famosas; allí había crecido un árbol grande y majestuoso de guayaba, el más alto y fronduoso de todos, pero el que sorprendentemente más frutos daba. Dos guayabas nacieron juntas y desde que se conocieron compitieron por cual sería la guayaba más grande, hermosa y deliciosa de todo el árbol. Mientras que el señor guayabo tenía que conversar y atender a los requerimientos de las guayabas sobre el sol, la lluvia, los gusanos y otros insectos, las dos guayabas lo llamaban para preguntarle cual de las dos era la más hermosa, la más provocativa, la que primero estaría lista para ser consumida; se generaban tanta discusión entre las dos que el árbol mejor continuaba en sus asuntos más prioritarios sobre las otras guayabas. Con el paso del tiempo crecieron y se convirtieron en dos ejemplares magníficos de guayabas. Le preguntaban al árbol cual de ellas sería la que primero escogerían por su calidad y hermosura; no duraba mucho para que estuviese
atendiendo a las otras guayabas sobre temas mas importantes como el sol, la lluvia o los gusanos e insectos. Ni mucho sol, ni mucha sombra, las guayabas se engordaron más y comenzaron a salirles puntos negros y arrugas en su piel hasta que una cayó al piso y luego la otra. En el suelo la que había caído primero a punto de estallar en felicidad gritaba de la emoción que había ganado la gran competencia estética de su vida, la otra mirando nostálgicamente al árbol pensaba que nunca valió la pena discutir cual era la más bonita y provocativa.

Finalizado el cuento y esperando aplausos con una gran sonrisa en sus labios, Marcos lo que encontró en sus asistentes fue seños fruncidos y una voz que le replicó – che pero que es lo que nos has creído pelotudo? - comenzó un gran murmullo, con el cual se daba la señal de salida de emergencia, poco tomada por él en su vida, pero que en este caso podría costarle caro no atenderla. Agradeció al público la atención, entregó el micrófono y fue el tiempo justo para salir de entre las últimas mesas que daban a la puerta mientras ya se empezaba a parar la gente con ánimo de violencia. Cerró la puerta de la entrada y respiró un airesito fresco a pesar de la congestión vehicular. Caminó sonriente, pensando que entre las dos guayabas y los seres humanos hay mucha diferencia. Se reía y caminaba.

sábado, 22 de octubre de 2011

Bitácora de Daniela

Era como la primavera, bueno, en realidad no tanto, era más como una tarde en Cali. Sus rojos cabellos largos y sus delicadas pecas hacían de ella una especie de enigma para sus pretendientes, si, era como la primavera, o como una tarde calurosa y nostálgica, buscaba ayuda, una compañía que por lo menos entendiera el funcionamiento del oído, y sus partes, era todo lo que quería saber, que enigma era para ella el oído que accequible a su palabra, que seducible por su creatividad. Nunca había tenido mucho, a duras penas lo que traía puesto encima, pero tenía sueños, o bueno eso decía, sus sueños de niña, ser astronauta y visitar la basílica de san pedro, viajar a Hawái, pero ella tenía otras cosas en mente, contar historias, seducir públicos, recibir ovaciones y hacer la liga suficiente para su antojo diario.
Daniela había viajado por  algunos lugares  Colombianos, ya ni recordaba por donde había estado y por donde no, su paradero actual era Manizales, una ciudad ubicada extrañamente en la cima de la cordillera, en una calle, hacia la izquierda, una loma en picada hacia el centro de la tierra, hacia la derecha, también, así que ella eligió ese lugar para andar y contar sus historias, hacía frío y quería comer algo de yogurt con frutas, pero como era habitual no la acompañaba un solo peso, así que preparó su escenario, su vieja mochila compañera de penas en el suelo y la calle a disposición para su voz.
-Esta es la historia de un amor, comenzó su relato con su voz firme y seductora, llena de gracia, ineludible al oído del  transeúnte, no tomó mucho para que un grupo de personas la rodeara para escucharla. Él, un Torero apasionado determinado y soñador. Ella una bailarina, talentosa y atrevida, hermosa y delicada, por una calle oscura en los suburbios de una cuidad de estas en las que las pasiones son los toros y el tango, caminaba el torero borracho, en una de sus usuales celebraciones después de sus corridas, en una esquina bajo la débil luz de una lámpara estaba ella, bailaba delicadamente para sí misma, con música imaginaria, pero apasionada, su baile lo dejó absorto, pudo haberse quedado observándola para siempre, ella se veía ensimismada y feliz pero él era un hombre determinado y de acción, al ver por fin un respiro de la bailarina, con su aire más seductor la tomó por la cintura.
-me encantas, le dijo, ella intentó alejarlo, pero un algo extraño, de esos que hacen que uno sea impulsivo, no la dejó.
-eso pasa a veces, dijo ella encantada por el torero.
Sus labios se encontraron y su amor floreció, apasionados ambos a su arte, pero enamorados desde sus entrañas, ella daba su vida por él, y él se convertiría en música para ella si era necesario, estuvieron juntos por el camino lo suficiente para que su amor se hiciera conocido, ambos eran exitosos en su trabajo, los rumores de su unión se hacían cada vez más frecuentes, se decía que el torero estaba cambiando su entusiasmo por los toros por amarla a ella, que estaba como en un embrujo, que había cambiado sus prioridades, y era cierto él vivía ahora por y para ella, era ella y su baile su vida entera, decidió hacerla su esposa, pero ella tenía otros planes, en su carrera aparecía la oportunidad de irse al a alguno de esos países distantes a mejorar su baile, él desesperado trató de evitarlo,
-Haría lo imposible, quédate con migo, yo te haré feliz, no necesitas irte.
-Has cambiado torero, dijo ella, tus corridas no son las de antes, vas a ser un fracasado, a tu lado no me espera más que pobreza.
La bailarina se fue, y los rumores de la ciudad aseguraban que la bailarina se había ido con un hombre, rico y con poder, El torero se sumió en la desesperación, en el dolor de su partida, su vida ya no tenía sentido, la bailarina era todo para él, su vida ahora se limitaba a la arena, a su encuentro con el toro, sería mejor tal vez si su vida terminara allí, cuando la bailarina lo traiciono, había matado su corazón, sus miedos, los toreros deben superar el temor a la muerte y ese dolor eliminó sus miedos, ya nada lo asustaba estaba listo para enfrentar la muerte contra un toro, preparado para retar al toro, para ponerse como carnada, retándolo a quitarle su vida, para acabar con el dolor, así empezó el torero a verse en sus corridas, ningún animal se atrevía a hacerle más que rasguños, por eso finalmente era él quien los aniquilaba, cada corrida era una esperanza de muerte, del fin de su dolor, no tiene sentido vivir con el corazón destrozado, su vida se limitó a las corridas y al alcohol, al puro sufrimiento y la espera de la muerte. Así pasaron los años hasta que el torero fue el mejor de los toreros, era reconocido, era un héroe, ya no era un problema para él el dinero, pero seguía en su vacía existencia.
Pero un día apareció la bailarina en son de arrepentimiento.
-das lástima mujer, te cansaste de tu vida con el ricachón y ahora vienes porque soy un héroe.
- no me odies, por favor, dijo ella entre lágrimas, me dí cuenta de mi error, eres tu el único que amo, no hubo un segundo en el que no te pensara ¿te olvidaste de mi?
Al torero le era indiferente, en ese momento la bailarina hizo lo que mejor sabía, bailó, bailó con la pasión de aquella primera vez endulzada por la experiencia y la seducción, bailó para él, y él recordó su amor, cedió ante su historia y sus movimientos; y la vida y la motivación volvió al cuerpo del torero, se sentía humano y cálido de nuevo, su vida de nuevo tenía valor, tenia son, la bailarina era de nuevo su vida. Apareció de nuevo el miedo, miedo a los toros, a perder su vida, miedo a la arena. La bailarina lo tranquilizaba, ese era su trabajo en últimas, dominar a las bestias, pero él se sentía inseguro. Juntos serían los mejores, pensaba la bailarina, después de todo él era para ella. Él ha hecho realidad todos sus sueños, era el mejor torero y tenía a la mujer que amaba, solo quedaba seguir con su camino, pero el temor estaba allí, solo tenía que hacer la corrida de final de temporada, pero su temor aumentaba, el temor se apoderó de él, y finalmente el toro logró tomar su vida.
La multitud apasionada, seducida, aplaudió a Daniela que se había perdido en el caudal de su historia, al revisar su mochila encontró muchas monedas y unos pocos billetes de mil, bueno era algo, lo suficiente para buscar algo en el centro comercial, y pagar una noche en un hotel de los baratísimos que se encuentran en los suburbios de todas las ciudades.

domingo, 24 de abril de 2011

Caligrafías de olvido.


No soy católico practicante. Mi hogar siempre fue un claro ejemplo de libertad de elecciones: nunca nos exigieron ir a cumplir ritos en ningún lugar de culto, nunca nos exigieron hacer la Primera Comunión o la Confirmación, nunca nos exigieron ir a misa los domingos. Aún así conocí bien los principios y dogmas de la Iglesia Católica, pero también un poco los de la Iglesia Pentecostal, un poco los del Budismo, un poco los del Hinduismo, un poco los del mundo Musulmán. No me declaro seguidor de ninguna religión pero tampoco soy ateo. No creo en Dios, en cambio, estoy seguro de su existencia gracias a muchas experiencias vividas y que pocos creerían.
Entre los tantos cuentos de esos que recuerdo desde mi infancia existe uno que se convirtió en mítico: siempre en Viernes Santo llueve a las 3 pm, hora de muerte de Jesús. Este año fue diferente. A las 3 pm no llovió, no hubo nubes, ni un indicio de agua caída del cielo. Desde que pude imaginar y crear supuse que aquella causa de la misteriosa lluvia era simplemente el mismo Dios, que recordaba la muerte de su hijo y lloraba de alegría por lo que esto significaba: la tristeza de la muerte de su hijo encarnado y el perdón al pecado original un día después, en la resurrección.
Pero hoy no llovió. En cambio, en muchos lugares cristianos y no cristianos del mundo, muchas personas cometen actos que injurian a la humanidad misma, muchas veces por necesidad, otras por placer, otras por venganza. En mi cielo no hubo nubes, ni de cerca ni de lejos. En mi cielo Dios no lloró, ni siquiera lanzó un corto suspiro de desaliento o felicidad. En mi cielo no llovió quizá por la inconsciencia de los hombres: antropofagia cultural, económica, política, social, familiar. Los hombres se consumen unos a otros en una sangrienta lucha digna del mayor espectáculo de un reality por ejemplo, en parte fantasía, en parte ignominia. “Perdónalos porque no saben lo que hacen” (Lc. 23, 34) fueron las primeras palabras de este hombre hace 2011 años, cuyo nacimiento rompe la historia de occidente en dos; gracias a su muerte, resurrección y ascensión (si esto es posible) se dividió la religión judía en la nueva fuerza multitudinaria de occidente que cada vez pierde más adeptos en cultos que parecieran exigir entrega absoluta a los principios, dogmas, leyes y normas que cuidan como algo digno de atesorar.
El, Viernes Santo, no llovió en mi cielo y aunque siempre me he sentido antihumanista debido a varios motivos que espero exponer luego, me sentí mas humanos que nunca al darme cuenta que mis propias acciones pueden haber hecho que no lloviera. Pero un grano de arena no hace gran diferencia en una playa. En cambio muchos granos de arena si la hacen. La humanidad es cada vez más algo inhumano, deberíamos buscar nuevas rutas y sentidos en esta época de crisis de sentidos. Amén por los hermanos muertos en nombre del desarrollo, del progreso, de políticas sucias, de imposiciones culturales, de irrespetos sociales, de familias que solo son familias por un apellido común, de analfabetismo económico en manos de un capitalismo voraz y creador de “innecesidades” obligadas. Amén por la muerte de mi creencia mítica, sustento de muchas otras que reevaluaré desde hoy. Seré más práctico. Seré más irreligioso creyente. Seré un poco más inhumanista. Seré otro muerto del sistema. Amén
Felipe Vargas Molina

domingo, 27 de febrero de 2011

La actitud no es una teoría

Eran tal vez la una o dos de la mañana, en medio de lágrimas, nostalgia, adrenalina y una rabia infinita. Cerraron la puerta de su casa y se abrieron paso entre el cafetal. Dejaban su hogar, su historia, su gente. No fue producto de sus voluntades sino la de un grupo guerrillero. Dos horas después llegaban a la cabecera municipal, la muda de ropa puesta, sus documentos y el pasaje a Manizales eran sus propiedades.

Estos relatos son uno más de los que forma parte del acontecer de varios millones de colombianos en el país, pero en Manizales no hay muchos de ellos. En la época de la violencia de partidos Don Isidro fue bastante conocido por generar desplazamientos en Pácora y Aguadas. Pero desplazamiento por guerrilla o paramilitares hacia Manizales en la actualidad más bien pocos (digamos pocos en tanto visibles).

Cuando llegaron a Manizales, la familia fue acogida por un familiar, de allí en adelante comenzó el difícil proceso de resocialización (psicológica, laboral, académica, etc.). Seguramente ellos nunca vieron un programa de Jorge Duque Linares, ni leyeron la colección completa de Osho o Walter Riso, es posible que no tengan diplomado en PNL o terapias de auto sanación, pero lo que me consta es que en una de las integrantes de esa familia está la actitud positiva, lo que nosotros los paisas llamamos verraquera.

Entonces, algunos dirán que eso es mierda, que eso de la actitud positiva o ser positivo o el PNL es basura; es posible, pero este es uno de tantos en los que se muestra que si las personas quieren pueden lograr lo que se proponen. Luego de ser desplazados de la violencia, padre y madre trabajan en Manizales (una de las ciudades con mayor índice de desempleo en Colombia), y sus cuatro hijas estudian y quieren ser profesionales. La madre, protagonista de este caso real, me hace la vida más amena a mí con su trabajo y debo decir que lo hace muy bien y me transmite su amor por el trabajo, su actitud positiva, buena vibra.  

No quiero imaginar que hubiese sido de ellos si se dejaran llevar por una actitud derrotista o conformista, o incluso resentida.

Casos como estos son los que hacen que uno vea que el problema del conflicto social no se ve por teléfono sino que lo tenemos en silencio en nuestras calles, y además me pone a pensar si realmente hay algo en la mente humana que hace que unos puedan y otros simplemente no lo hagan.

Yes we can


Alejandro Guzmán Rendón
     

miércoles, 23 de febrero de 2011

¿actitud?

Estos días ví en algún lado que la pobreza no es cuestión de plata sino de actitud, y puede ser cierto, actualmente podemos hablar de pobres que aunque tienen comida, alimentación y vestido, no tienen carro, no pueden tener la mejor ropa, no tienen plata para tener una vida social activa y llena de placeres y reuniones sociales, etc. Éstos son pseudopobres que no disponen de los recursos que les exige su entorno, por ejemplo, un joven que no puede salir a beber una noche de viernes, o una madre que no puede comprar el juguete que quiere su hija o bueno cosas por el estilo, entonces se convierten en consumidores frustrados, tal vez en ese caso deba darle la razón  a lo que escuché, el problema es la actitud que se asume en comparación a quienes si tienen los recursos para emplear en ocio y diversión ¿o tal vez no?.

Y es que el cuento de la actitud está tan embelesado y manoseado que es muy fácil creerlo, o si no miremos los programas de actitud positiva en el canal uno con el erudito colombiano en terminos de crecimiento personal Jorge Duque Linares, tengo eso tan metido en la cabeza, mi padre lo escuchaba a todo taco el domingo en la mañana cuando yo dormía, por allá está metido en mi subconciente, o eso esperaba él. Entonces a uno le dicen, si te lo crees puedes ser un triunfador, si tienes la actitud correcta puedes lograr lo que deseas y ser feliz y todas esas cosas. (pura mierda).

Ok, supongamos por un momento que es cuestión de actitud, pero inspeccionemos un caso un poco más complicado, algo como un niño muriéndose de hambre en el Chocó, una madre desperada con su hijo muerto, un trabajador desempleado desesperado porque no tiene que darle de comer a su familia ¿qué actitud se debe tener es esos casos? ¿Acaso a alguien para quien toda esperanza está perdida, que ya perdió todo lo importante le serviría tener buena actitud? miles de personas en todo el planeta sufren irremediablemente, desde la mujer que es violada cada minuto en la tierra hasta los veinticinco millones de niños que mueren de hambre a diario, no es que yo tenga una actitud pesimista frente a la vida, solo intento cuestionar eso de la actitud.

 Pero volvamos a la actitud de los "pseudopobres" ¿en realidad tener una actitud diferente y positiva va a dar resultado? pensemos por un segundo, en primer lugar creo que esa sensación de pobreza y fracaso debemos atribuirla a un medio que pide más de lo necesario, ¿por qué no es suficiente con tener las cosas necesarias y tener una vida en familia saludable? sigo pensando que me parece muy sospechoso este asunto de la actitud  creo que es una forma más de la televisión de decirte que debes tener más capacidad de consumo, en cualquier caso me gustaría conocer a alguien en la vida real que con una actitud positiva o lo que sea haya logrado ser "exitoso" y salir del fracaso social y la pseudopobreza.

Dolly-chan

domingo, 20 de febrero de 2011

Inquietante el derecho a la intimidad o privacidad, en días de wikileaks, hackers o espías, metiches e irrespetuosos, en fin, tiempos donde más se intenta garantizar el derecho pero que a la vez vulnerarlos es tan fácil.

Aún así, estaríamos frente a un hecho que se hace en contra de nuestra voluntad y con información que se supone no es compartida, pero la duda que me asalta es, si la persona le confía información a otra persona y ésta a su vez no la guarda sino que la comparte... ¿de quién es la culpa de posteriores problemas?

A mi parecer hay una doble responsabilidad, y los efectos son desastrosos para la persona que era protagonista de la información. No obstante cae sobre el individuo supuestamente chismoso el peso del convencionalismo social: el rechazo y la exclusión.

¿qué hace la necesidad de guardar secretos? ¿un afán de llevar vidas paralelas? ¿hipocresía social? ¿guarecerse de la vulneración que imprimen los comentarios externos? ¿la estructuración política de complots y planes de reorganización? ¿miedo? ¿a qué? Siempre he pensado que una persona debe ser en su vida privada como si fuera publica, pero lo que realmente me ha pasado es que terminan los secretos tan inherentes al hombre como el egoísmo, la idolatría, la envidia o celos y la venganza.

¿qué impulsa la necesidad de contar y revelar secretos? ¿la buena o mala fe importan? ¿los resultados relevantes o insignificantes luego de revelar información importan? ¿después de las consecuencias valió o no la pena revelar información? ¿y si pagan por revelar secretos es menos o mas gravoso el problema? Nunca me han gustado los chismosos y lenguilargos, pero he terminado en ciertas ocasiones como uno de ellos, y eso me hace pensar que en algunos de nosotros el no guardar toda la información es tan inherente al hombre como el egoísmo, la idolatría, la envidia o celos y la venganza.

Tal vez deberíamos aceptar que somos personas con ambas necesidades intrínsecas y exigir la ausencia de secretos o el hecho de decírselos a otra persona para que ella los guarde, es simplemente acomodar una virtuosidad en un objeto que no tiene el atributo. Regla general no Universal.

Alejandro Guzmán Rendón

lunes, 14 de febrero de 2011

Una piedra en el camino

Ok, uno pensaría que es mejor tener las cosas de manera sencilla, llegar a las satisfacción sin ningún problema, recibir del mundo los mejores placeres y alegrías porque uno lo merece y punto, sin tanta discusión ni tanto problema, tener casa, carro, futuro asegurado, el mejor trabajo con la mejor remuneración, el mejor reconocimiento y una vida estable o lo que se prefiera.
Pero ocurre que no es así, en un mundo como el que vivimos solo tenemos pocas cosas, uno estudia, come, se viste y vive con las uñas (ok en este caso soy yo), no es nada fácil, no intento ponerme como víctima ni como la cenicienta del cuento, pero a veces uno piensa, ¡ea las cosas podrían ser un poco más fáciles!, podría tener por lo menos su vida profesional asegurada, pero no, en un momento el intento de ser profesional puede irse por el excusado, pero eso no es lo grave, en realidad la vida misma puede verse perdida en un segundo, no obstante uno lucha por sus éxitos por más superfluos o vanos que sean, uno intenta seguir el camino y tratar de hacer algo o la basura esa de ser alguien en la vida.
Pero estoy divagando, ese esfuerzo, esa lucha, el dolor, la frustración y todo lo que implique vivir y no ser parte de los privilegiados, tienen su lado bueno, me refiero a que un momento uno recuerda el sudor que costó conseguir algo,  tal vez sin ese sudor la victoria no sería tan gratificante, me pregunto qué piensan las personas que tienen todo casi listo, la verdad es que no me he tomado la molestia de preguntarle a alguien así si siente lo mismo, o en realidad esa diferencia que planteo existe.
Adicionalmente estoy pensando últimamente que ese tiempo de situaciones son disfrutables, es decir, no es que debamos buscarlas para sentirnos bien, sino que enfrentarse a situaciones adversas y tener que sentir frustración o lo que sea es una expresión de la vida como tal, está bien pueden ser peores, pero alguna vez pensé ¡hey no todos los días tengo la oportunidad de estar tan triste! No estoy diciendo que sea bueno estar triste, ni malo, solo digo que hay ocasiones excepcionales que tal vez uno pueda disfrutar, no sé si logro decir lo que quiero en realidad, pero en todo caso es rescatable de alguna manera el lado negativo de vivir.
María del Mar.

martes, 25 de enero de 2011

Simples paradojas

La religión y Dios por milenios han coexistido en la mente del hombre; “El hombre en su orgullo, creó a Dios a imagen y semejanza” dijo Nietzsche en aquella ocasión y repetirían después miles de personas hasta hoy. Ese alemán testarudo tal vez, en su orgullo, se dio cuenta lo absurdo de la existencia de Dios y las religiones en la historia.
Ya está muy gastado el tema de las guerras de religiones y las persecusiones a creyentes en todos los tiempos, más aún, las discusiones sobre la religión en la sociología, la filosofía, la política y el derecho, aunque esta vez, encontraríamos una particularmente paradójica:
Desde la Constitución de los Estados Unidos de América de 1787 se consagró una cláusula denominada preámbulo y muchas Constituciones en la actualidad la conservaron con diferencias conceptuales por supuesto; el preámbulo es el primer fragmento o parte de la Constitución y en ella se consagran los objetivos o fines que deben ser alcanzados y respetados por el pueblo.
La discusión en Colombia alrededor de 200 años – volviendo al tema que animó este escrito – era si en el preámbulo de la Constitución debía estipularse algo referido a Dios, es decir, nombrando a Dios como suprema autoridad (CN 1886), creador o legislador del universo (CN 1821) o invocando su protección (CP 1991). Y en realidad esa discusión no se dio solo en Colombia, sino en la mayoría de Estados nacionales latinoamericanos y confesionales a nivel mundial.
Como mencionamos anteriormente, nuestra última constitución (1991) consagró el precepto “invocando la protección de Dios” muy a pesar de la sugerencia de Gabriel García Márquez que sugirió “invocando la protección de todos los Dioses de Colombia”. Sucedieron así, maravillosas discusiones y oratorias en defensa o en oposición al otorgamiento de una posición privilegiada a Dios en la Constitución. Lo paradójico, es que en la Constitución del Estado de la Ciudad del Vaticano, donde Dios debió ser mencionado en el preámbulo, lo echaron de menos.
En Colombia y en otras Naciones vamos a la guerra y discutimos con tanta seriedad por la religión o el lugar de Dios en el Estado manifestado en el preámbulo de la Constitución. Ya desde 1929 el sumo pontífice nos había demostrado lo absurdo y paradójico que era el tema.
Alejandro Guzmán Rendón

martes, 18 de enero de 2011

Y eso a mí ¿para qué me sirve?

Es cierto, las aplicaciones de las matemáticas, son invisibles, es una ciencia mal conocida y poco apreciada. Recién iniciando mis estudios universitarios en matemáticas, alguna familiar me dijo, eso a la hora de parir no sirve para nada, es cierto, a la hora de parir no sirve para nada.
La mayoría del contacto de la gente con las matemáticas en sus años de escuela, donde muchos lamentan estudiar algebra y limites, luego confirman que en serio, eso no sirvió para nada, que todo el tedio de aprenderse las tablas de multiplicar o aprender a derivar fue una completa pérdida de tiempo que nunca volverán a recordar ¿de qué le sirve a alguien estudiar y saber matemáticas?

He de decir que en realidad es frustrante materializar la innocuidad de las matemáticas, solo sirven para poner en órbita un satélite, ubicar un objeto en un GPS, llenar una caja con el máximo número de naranjas, apilar manzanas, cablear la red de telefonía, convertir una imagen a digital, diseñar las curvas de las autopistas, dibujar mapas, optimizar el presupuesto de una empresa, en verdad no tienen ninguna aplicación, no sirve de nada saber matemáticas, si uno no vive en este mundo.

En una era como la nuestra donde estamos rodeados de tecnologías y con la creciente necesidad de desarrollo, saber matemáticas es cualquier cosa menos inútil, ya cuando tomas tu teléfono fijo, y mercas un número te conectas con una complejísima red de cableados que asegura que todos los teléfonos se comuniquen con todos, constantemente, todos los teléfonos fijos del planeta están dispuestos a comunicación, y eso no se hace por arte de magia, en primer lugar cuando levantas el teléfono y marcas envías la información al conmutador más cercano, ese lo envía a otro que esté más cercano al destino, en ocasiones la información puede pasar por varios conmutadores para llegar a su destino, son cientos de conmutadores por cuidad y todos están conectados entre sí, el reparto de los usuarios en la cuidad y de los conmutadores para optimizar el funcionamiento requiere de complejísimos algoritmos matemáticos, este problema se resuelve con teoría de grafos, por ejemplo.

Uno podría dar muchos ejemplos de la utilidad de las matemáticas, pero eso no va a hacer que sea vista con otros ojos, solo espero que aquellos que disfrutan de las matemáticas entiendan su magnitud e importancia y no se dejen de trabajar, es más estoy segura que no se dejarán de trabajar.


Dolly-chan